El Primer Sello Postal De Mèxico

Los Primeros Sellos de Correo de Mèxico se emitieron el 1º de Agosto de 1856, dìa en que fueron puestos a la venta.

Primer Timbre Mexicano con doble transporte en la parte de arriba – Distrito Cuernavaca

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Fuè una serie de 5 valores, todos con el mismo diseño reproduciendo la efigie de D. Miguel Hidalgo y Costilla con las siguientes denominaciones:

1/2 real azùl
1 real amarillo
2 reales verde
4 reales rojo
8 reales lila.

Todos se imprimieron en papel sin Marca de Agua o Filigrana, imperforados y grabados por Josè Villegas que en esos dìas era el Director  de los Talleres de Impresiòn del Gobierno.

Para la elaboraciòn de los Timbres, se usaron planchas de latòn muy flexibles de 3mm de espesor quedando en planillas de 60 timbres que consitìa en 10 hileras de 6.

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El porquè el uso de sobreimpresiones de Distrito en los timbres:

Los medios de comunicaciòn eran realmente primitivos, la mayor parte de los caminos llamados de «herradura», eran muy inseguros por los constantes asaltos que sufrìan las Diligencias que era el principal medio de transporte de los viajeros en ese tiempo.

Estos asaltos hicieron que se tomaran determinadas precauciones cuando Mèxico adoptò el sistema Postal del Timbre.   Durante la Presidencia Provisional del General Ignacio Comonfort, el 21 de Febrero de 1856 se publicò el Decreto para la creaciòn de los Timbres Postales cuya venta se anunciò para el 20 de Julio siguiente.   Sin embargo, el 15 de Julio en lugar de ponerse a la venta los Timbres, se publicò el Reglamento General de Correos en cuyo Artìculo 15 se ordenaba a los Jefes de las Agencias que, desde la recepciòn de los Timbres y antes de ponerlos a la venta, debìan aplicar una Sobrecarga, tambièn llamada Contramarca o Sobreimpresiòn con el nombre del Distrito al que pertenecìan.  Los Timbres que carecìan de ella no tendrìan valor de franqueo.

El mismo Decreto establecìa que toda entrega, envìo o consignaciòn de Timbres que realizaba la Oficina Central de Mèxico, ya fuera a las Agencias principales o de alguna de las Oficinas de la misma Capital, deberìa llevan un nùmero de orden en la Contabilidad.    Estas medidas tenìan por objeto evitar que, cuando el medio de transporte fuera asaltado en despoblado, los Timbres de Correos, materia de botìn, tuvieran valor, pues la gente al saber que no eran aceptados en el Correo, se abstenìa de adquirirlos a pesar de que se les ofrecìa en venta a un precio inferior del valor de cada Timbre.   Cuando los ejemplares se entregaban en una Agencia de Correos, era dentro de Poblaciones o Ciudades, lo que significaba cierta seguridad y era entonces cuando se sobrecargaban con el nombre de Distrito aunque en ocasiones se llegaron a vender sin Sobrecarga pero dentro de la Agencia Postal que son identificados solamente por la cancelaciòn para saber en que Distrito se usò.   La Filatelia Mexicana de èsta època es considerada de las màs fascinante en todo el Mundo, no sòlo por la gran variante de Distritos sino tambièn por la gran variedad de cancelaciones que fueron autorizadas libremente para realizar sus propios diseños que van desde lo primitivo hasta unas verdaderas obras de arte que le dan al Timbre un cierto valor màs.

Saludos!
ROTOVA
Fuente: «Sellos de Correos de Mèxico» – Lic. Ignacio A. Esteba Monroy